jueves, 18 de abril de 2013

BIENVENIDOS


LA VIDA MARAVILLOSO REGALO.


Muchas veces la vida, se vuelve rutina. Caminamos por ella sin apreciar ni valorar lo bueno de un nuevo día. No entendemos que los días lluviosos, no indican un mal día, es solo un día en el cual, se posa ante nosotros otro tipo de belleza. Esa belleza que esta más allá de nuestros ojos, esa belleza que no es superficial. Es una belleza que optamos por ignorar, por el solo hecho de no verla. Y déjame recordarte, que hay algunas cosas que a pesar de no verlas, siempre sabemos que están ahí. Como por ejemplo, el amor de una madre, no lo vemos, sin embargo, lo podemos sentir, en una caricia, en un beso cálido en la mejilla, en un abrazo fraternal. Y eso valoro más que cualquier otra cosa, en el mundo.


  Hoy las personas creen que valen más, por tener un trabajo que les da, alrededor de tres millones de pesos al mes o incluso un monto mayor. Pero en su interior son infelices, haciendo cosas por complacer a los demás, sin importarles si eso los hace o no felices. Personas que piensan, que valen más por tener un carro último modelo, o una casa en un prestigioso barrio de la ciudad. Y la verdad es que para mi, vale más la persona que es capaz de sonreír, aunque a duras penas le alcance el dinero para alimentar a su familia, o aquella persona que le brinda una sonrisa a cualquiera, sin diferenciar raza, o rango social, aquellas personas que se sienten millonarios, sin tener carro o casa. 

    Detengámonos un segundo a pensar, hace cuanto tiempo no estas solo contigo mismo. Hace cuanto tiempo no te escuchas. Puede que tu cuerpo este pidiendo a gritos atención, o incluso más importante: tu alma. Te dejaste llevar por un mundo superficial, dejando a un lado lo espiritual. Dedica un día, única y exclusivamente a ti, sin importar lo que pase a tu alrededor, y veras lo reconfortante que es, encontrarte nuevamente, despejando la niebla de lo cotidiano, llegando al oasis de tu propio ser. 
    
    La vida es un regalo, y me atrevería a decir que es el más grande y valioso que hemos recibido. Gracias a ese regalo, podemos disfrutar de la brisa fría besando nuestras mejillas, en una mañana lluviosa. Podemos sentir el poder del sol, recorriendo nuestro cuerpo y llenándonos de energía. Podemos sentir el aliento fresco de nuestras madres, dándonos el beso de la bendición, o la fuerza de nuestros padres al abrazarnos, o la paz de un te quiero, la satisfacción de un triunfo ganado por nuestros propios méritos: en conclusión hay un sin fin de momentos, que por más que parezcan simples, nos pueden hacer muy felices, no los desaproveches.