viernes, 10 de enero de 2014

UNA TRISTE HISTORIA.

MUERTE LENTA.


Recostada en una cama, aun comienza a vivir, y ya se ve enfrentando la muerte. 16 años y una vida por delante se ven truncados, por un deseo irracional por morir ¿qué problemas puede tener alguien tan joven? Se ve rodeada de personas que no conoce, que la examinan, inyectan algo por sus venas, le chuzan su delicada piel para tomar muestras de laboratorio, desnuda se siente indefensa, ojos la miran, pero no hay malicia, todos quieren ayudarla pero saben que es un camino sin retorno, el veneno ha ingresado en su sistema, ni estando ahí, en una unidad de cuidado intensivo se salvará.
   Ahora sabe que ha cometido un error, buscaba la muerte pero no sabía que iba ser tan lenta. Todavía es consciente y puede hablar, sin embargo, solo responde sí o no, quiere pedir a gritos que la salven, si tan solo hubiera pensado un momento lo que hacía, nada de esto estuviera pasado. Ahora el veneno comienza a carcomer su garganta, le duele tragar saliva, siente como si fuego bajara por su esófago, sus mucosas se han reseco, no puede pasar alimento, esto es solo el comienzo, poco a poco sentirá que el oxígeno le falta.
   Afuera espera su madre angustiada, llora por su hija, lamenta haberla abandonado, la dejó sola, quisiera haberle dado más tiempo a ella y menos al trabajo, pero era la única manera de asegurarle un estudio y que no termine como la mayoría de niñas del pueblo, embarazada. No obstante nunca imaginó que su pequeña hija tomará esa decisión tan radical. Ella no puede ayudarle y reza para que la mano divina de Dios, les dé a los médicos la sabiduría necesaria para ayudarla.
   El fin se acerca, sus labios se han puesto morados, su nariz en un esfuerzo por llevar oxígeno a sus pulmones aletea, sus fosas se abren y cierran al principio lentamente, pero después se van moviendo más rápido. El esfuerzo no es suficiente, sus músculos comienzan a actuar, todo su tórax se mueve, no hay nada que hacer, el alma de esa niña se niega a dejarla pero su rostro y cuerpo demuestran sufrimiento y angustia. La niña mira a su alrededor, su rostro es angelical, lagrimas quieren salir, busca una mano amiga, el dolor que carcome su pecho es insoportable, encuentra entre la multitud una mano, no le importa de quién es, solamente aprieta con fuerza, quizá así el dolor interno se apacigüe. El oxígeno es tóxico, no pueden darle oxígeno complementario o aceleraran su muerte.
   Finalmente la muerte llego, el cadáver de una inocente niña reposa en la camilla. Es tan pura y bella que cuesta trabajo pensar que está ahí, porque bebió paraquat (un poderoso herbicida), para acabar con su vida. Su cuerpo desnudo y perfectamente delineado, sus manos frágiles y pequeñas entrelazadas sobre su estómago. Sus ojos se han cerrado, parece que ese ángel solo está durmiendo, su cabello castaño desordenado sobre la almohada. Tristeza inunda a todo el personal que presenció su deceso, algunas son madres y piensan en sus hijos, otros simplemente no pueden creer que alguien tan joven tome una decisión tan fatal.
   Su madre al enterarse de la noticia llora sin consolación, se ha quedado sola, su única compañera la dejo. Su esposo la abandonó, su familia se fue, que le espera de ahora en adelante. Dicen que los padres nunca deben ver morir a sus hijos. En qué momento del camino se alejaron y su princesa cayó en la depresión, tal vez alguien jugó con sus sentimientos, quizá se sintió una carga para su madre, sea lo que haya sido, ya no había vuelta de hoja, la muerte implacable reclamo el alma de una princesa, ni su belleza ni su dulzura la pudieron salvar.   

jueves, 9 de enero de 2014

CLARK EL HOMBRE LOBO

LAS RELIQUIAS MALDITAS.


Federico descansaba sobre un suelo frío y rocoso, regresaba poco a poco de su estupor, sintiéndose pesado, como si hubieran atado piedras a sus extremidades. Con mucho esfuerzo se levantó del suelo, agarrándose de las filosas rocas que lo rodeaban. De repente sintió pasos, alguien entraba y dejaba caer algunos maderos en el suelo.
-   Vaya por fin despertaste – dijo una voz femenino y dulce. Un sonido que Federico conocía, aun en su estado de somnolencia.
-   ¿Qué paso? – fue lo único que pudo decir. Segundos después una luz anaranjada recorrió el lugar, rocas filosas por doquier, era una cueva oscura y fría - ¿Dónde estoy?
-     Tu amigo desató su furia y propino un gran golpe a Bastian, espero que eso responda tu primera pregunta – Anabel se acercó a Federico, puso sus manos en los hombros y lo obligó a sentarse sobre el suelo -. Estamos en una cueva lejos del bosque de las almas perdidas.
-      ¿Qué paso con Clark?
-      No lo sé, logró escapar.
-      ¿Y por qué me ayudas?
-    Los esperaba, sabía que ustedes eran mi boleto de salida, para escapar de Bastian.
-    ¿Por qué querías escapar de ese monstruo?
Anabel guardó silencio, la luz anaranjada resaltaba sus facciones delicadas, parecía una porcelana, sus ojos verde oliva centellaban y su sonrisa angelical regalaba un poco de paz a Federico. Empapó un pedazo de tela en una jarra, y limpio la frente del hombre, justo en el lugar donde más le dolía. Sin embargo Federico no dijo nada y solo se quedó contemplando a la mujer, con un mar de dudas en su cabeza, quería saber todo lo acontecido.
-    Puedo ver que esconden las personas en sus mentes  – dijo Anabel antes de que Federico pudiera articular alguna frase lógica. Aunque oír eso parecía ser descabellado.
-  No entiendo.
-  Cuando fueron encontrados en el castillo de Ager, mire que tenían el mapa y quien era Clark. Bastian iba a matarlos, pero yo siempre he sido su consejera, su oráculo, pidió mi asesoría – Anabel se sentó al lado de Federico y apoyo su espalada sobre la fría pared filosa -. Vi en la mente de Clark todo lo que tenía que ver, vi que pronto sería el verdugo de Bastian.
-   No creo que hayas visto eso en Clark, nunca habíamos visto a Bastian hasta ese día.
-  Cuando veo en la mente de alguien, Puedo ver su futuro inmediato, sus miedos, alegrías, pensamientos, puedo ver todo.
-    ¿Y qué viste en Clark?
-  Que era un hombre lobo, que se convertiría en el archienemigo de Bastian.
-   ¿Y ahora dónde está Clark?
-   No lo sé, mis visiones me dicen que debería estar vivo – Anabel abrazo sus rodillas pegándolas a su pecho -. Pero, son cambiantes, cualquier suceso puedo darles un sentido diferente, es más ni siquiera pude ver el ataque, como sucedió, Bastian moría en mi visión, así que lo único que pude hacer fue sacarle partido.
-  ¿Partido? – Federico estaba más confundido que antes, estaba hablando con un ser sobrenatural que miraba visiones -. No recuerdo nada, simplemente Clark gritaba que corra y me abría las rejas de la jaula.
-   Sabía que pronto se convertiría, Bastian sospechaba de mí, lo habían puesto en contra mía y no volvió a dejarme vigilarlos. Al igual que ustedes fui su rehén, cuando Clark comenzó su transformación, la confusión e incertidumbre, me dieron la oportunidad perfecta para escapar. Tu saliste del carruaje, pero estabas tan estupefacto que te quedaste ahí, Clark lanzó un barrote y este impacto en tu frente, te noqueo – Anabel sonrió y las luces anaranjadas producto de la hoguera, iluminaron la belleza de la mujer -. Fui por ti y te arrastre a un arbusto, ahí nos ocultamos. Vi todo, vi la tenacidad de Clark, vi su fuerza, su ira, su poder, vi como decapito a Bodgan, vi el futuro de Bastian, en su rostro se dibujó venganza, nunca nadie lo había lastimado así antes, él era el causante de dolor, por primera vez alguien se lo propino.
-    ¿Qué paso después?
-   Clark huyó, no sé a dónde. Bastian tomó el cuerpo de su hermano decapitado en brazos, Rupert recogió la cabeza y se fueron de ahí, dejando que el resto de cadáveres se vuelvan parte del bosque. Luego pude sacarte de ahí y traerte hasta esta cueva para curar tus heridas.
-   Gracias – por primera vez Federico le sonreía a Anabel.
-  De nada. pero soy yo la que les tiene que dar las gracias.
-     ¿Por qué habrías de hacerlo?
-  Bastian me quito la vida, mi familia, hogar, todo absolutamente todo me fue arrebatado – los ojos de Anabel emitieron tristeza, y una lagrima rodó por su mejilla, inmediatamente ella frenó su llanto y volvió a adoptar su carácter fuerte e indestructible -. Bastian recorría el mundo robando tesoros y vidas, saciando su voraz apetito, y consiguiendo mujeres bellas. Mi aldea fue víctima de sus deseos. Yo contaba con 16 años, él se aprovechó de mí, fui víctima de su deseo y caí en su hipnotizante poder, involuntariamente me entregue a él y me convertí en uno más de sus fríos. Con un valor agregado, desde que me convertí en uno de ellos pude ver mentes, Bastian adoraba mis presagios y me condenó a vivir con él por siempre.
-    Lo lamento.
-   He vivido 10 años, tratando de escapar de este yugo, ser libre.
-    ¿Y nunca envejeces? – Anabel se miraba joven, en la cabeza de Federico se sumaba 25 años, sin embargo era una niña.
-    No, he parecido de 16 años desde hace 10.
-    ¿Comes, duermes, bebes…?
-   Solo necesito una cosa… sangre, la sangre calma mi hambre, mi sed, es como una droga. Duermo de día, porque la luz del sol me quema, soy inmortal.
-    ¿Beberás mi sangre?
-   No, ha sido difícil controlar mi deseo, pero he logrado reducir mi menú a vacas, cabras, lobos, cualquier animal que vague solitario en los bosques de este basto mundo. Cuando fui convertida, controlar mi apetito era imposible, a medida que pasaba el tiempo me aleje de la crueldad de los fríos y me convertí en un ser diferente, Bastian aceptó mis gustos solamente por mi gran don, a pesar que todos los demás odiaban mis costumbres. En especial el propio Bastian, él es sanguinario, cruel, malvado, y tiene un macabro gusto por la sangre juvenil.
-    ¿Por qué quiere el mapa, qué contiene?   - Federico entendía que Anabel sabia para que era el mapa, e iba a saberlo ya mismo.
-   Las reliquias malditas -. Dijo Anabel, Federico nunca había escuchado sobre esas reliquias.
-    ¿Las reliquias malditas, qué es eso?
-   Se dice que antaño, se libraron batallas brutales entre brujas, licántropos y vampiros. La razón, la misma de siempre, poder – la llama de la fogata centelló, la cueva se ilumino, una tormenta se aproximaba, el viento comenzó a soplar con más fuerza, sin embargo, Anabel continuo con su relato sin sobresaltarse -. Existieron tres grandes poderes, uno al mando de cada grupo: el legendario Drácula, padre de los vampiros, letal despiadado y muy poderoso. La hermosa Dana, la bruja negra, como era conocida, de un poder sin igual dueña de una magia excepcional, con solo mirarte podría hacerte perder la razón y lanzarte a los brazos de la muerte. Y Bill Blade, Garra de Plata, se revelo al yugo de los vampiros, su fuerza e inteligencia no tenían igual, el único hombre lobo capaz de dominar su transformación.
-   ¿Qué dices? ¿Un lobo capaz de controlarse? – Anabel asintió, a la memoria de Federico llegaron aquellas escenas cuando sus padres fueron asesinados por lobos, los cuales parecían tener voluntad propia.
-    Así es, Garra de Plata era un asesino formidable, de un manotazo podía dividirte en dos, de ahí viene su nombre.
-  ¿Qué tienen que ver estos tres personajes con las reliquias?
-    Todo, un día su poder se desbordó, solo les interesaba conquistar y destruir. Seres malvados sedientos de sangre, dominaban sin que nadie pueda detenerlos. Incluso esclavizaron a su propia raza – la tormenta aumentaba, el frío que entraba por la entrada de la cueva le helaba la sangre a cualquiera -. La orden de luz tuvo que intervenir, restaron poder a los tres grandes y restablecieron el orden universal.
-       Cada vez me confundes más, son muchos nombres, quiénes son esos de la luz, lobos, vampiros y brujas… hasta hace unas horas cazaba lobos y ahora me dices que hay criaturas más letales y sanguinarias.
-      La orden de luz, son los hechiceros más poderosos. Exprimieron toda la sangre de Drácula, arrancaron el corazón de la Bruja negra y amputaron la garra izquierda de Garra de Plata.
-     Ahora entiendo los símbolos plasmados en el mapa, traza exactamente donde están escondidos – Federico tenía nueva información, no obstante no entendía que eran exactamente las reliquias malditas.
-     Se dice que si reúnes las reliquias – Anabel comenzó a explicar, al ver la cara de Federico que aún le faltaba mucho por entender -, y las unes obtendrás el poder de cada uno de ellos y serás indestructible. Mezcla la sangre de Drácula, con la garra de Bill y el corazón de la Bruja negra, bébelos, te convertirás en la criatura más poderosa de todo el mundo, lo mejor de todo serás inmortal, dominaras por siempre al mundo – la lluvia arremetía con fuerza sobre la entrada de la cueva, salpicando la fogata y a las dos personas que se cobijaban en su calor -. Cuatro expedicionarios encontraron las reliquias, pero al ver el peligro que representaban las reubicaron, creando un mapa para que solo ellos sepan dónde quedaron. Desde hace años Bastían les sigue la pista, y muy tristemente debo admitir que yo lo guié hasta Ager y su mansión, el último lugar donde se encontraba el mapa.
-     Vaya, siempre pensé que ese mapa era nuestro seguro de vida, ahora estoy completamente seguro de que así es.
-     Espero que Bastian no descubra que Ana tiene el mapa – dijo Anabel, Federico la miro con temor, ella se apresuró a tranquilizarlo -. Lo supe siempre, confiaba en el ataque de Clark, pero como dije antes mis visiones cambian, pero no te preocupes, Ana seguirá viva… al menos hasta que Bastian y Clark se enfrenten.
-       ¿Cómo lo sabes?
-     Bastian es muy vengativo y vio morir a su hermano, con la misma moneda le pagara a Clark.
-      Debemos ayudarla.
-      Asi lo haremos, por ahora descansa… siento que nos esperan días turbulentos – después de decir eso Anabel, caminó hasta la oscuridad, su silueta se confundía con el ondular de las llamas de la fogata, finalmente se perdió en la oscuridad. Federico se frotó con sus brazos su pecho para abrigarse y poder dormir, aunque sean algunas horas. Por qué Anabel auguraba días turbulentos. Horas de oscuridad se acercaban.