EL DEMONIO
DEL COFRE. (Parte 2).
En ese momento perdí el control, corrí por
toda la casa; de seguro mis hermanos lo tomaron y es que era un
cofre muy bonito, del que le pudiera gustar a mi hermana para guardar sus notas
o cosas importantes. Sin embargo, ella no lo tenía, dormía profundamente, la desperté
angustiado, ella no entendía pero le pedí que me ayude a buscar a Joshua. A
regañadientes aceptó; mi hermano no aparecía por ningún lado, por más que lo
llamábamos no aparecía: de repente un grito escalofriante atravesó la casa,
pero lo más aterrador que paso fue que atravesó mi cuerpo, Fernanda me miró
horrorizada y con la mirada me preguntó que pasaba, yo no sabía que contestar,
estaba en shock.
Joshua volvió a gritar, mi hermano estaba
pidiendo ayuda. Fernanda y yo lo buscamos por cada rincón; lo encontramos
escondido en la alacena lloraba sin consuelo, lo abrace y le pregunte del
cofre, mi hermano no podía hablar, solo jadeaba, al observarlo no pude ver el
cofre por ningún lado, pero si vi que mi hermano estaba herido la mano,
sangrando. Mientras mi hermana trataba de calmarlo yo curaba su herida y
continuaba indagándolo sobre el cofre.
Deje a mis hermanos en la sala, al no
poder obtener respuesta del asustado Joshua. Sin embargo algo me detuvo, con el
rabillo del ojo pude divisar una figura arrastrándose por el suelo, regrese la
mirada hacia donde vi esa sombra, y nuevamente pude verla reptando a un lado de
mí, esa sensación de terror que me había gobernado hace unos minutos regreso,
otra vez mi corazón estaba desbordado, el miedo me recorría, y mi mente
agobiada trataba de calmarme y llevarme a la lógica.
No pude determinar alguna explicación
coherente, y un ruido se escuchó cerca al baño, corrí hasta donde se produjo el
ruido y pude ver que el espejo del baño estaba roto, no podía reponerme del
impacto de ese extraño suceso y un estruendo se produjo en el segundo piso,
cuando me dirigí ahí, el ruido me guió al cuarto de mi hermano, todo estaba desordenado, sin embargo, lo más aterrador del caso fue que el cofre estaba
abierto, un escalofrío me recorrió, sin entender la situación, me acerque
cauteloso al cofre, fragmentos del candado estaban alrededor, y algunas gotas
de sangre lo cubrían. Intente como guiado por una extraña fuerza independiente
de mi voluntad cerrar el cofre, pero en el momento que mis manos entraron en
contacto con el baúl, una nueva sensación de sueño, como la de la primera vez
que entre en contacto con él me dominó. Ahora estaba en mi casa, mi hermano
jugaba en el corredor con sus muñecos, algo repentino sucedió cuando mi hermano
paso frente al estudio, Joshua botó sus muñecos y se acercó al cofre, lo tocó y
examinó como si fuera un nuevo muñeco, mi hermano lo tomó y lo llevó a su
habitación. De repente una especie de humo salió de la caja, Joshua intentó
correr, pero esa nube lo detuvo, mire más detenidamente y pude ver que esa
emanación blanca, eran manos con grandes dedos, y uñas filosas. Mi hermano
comenzó a manotear tratando de librarse de lo que lo sujetaba, en ese momento
su mano golpeó el candado, fue con tanta fuerza ese golpe que su mano se hirió
y sangre salió de ella. El candado se dividió en varios trozos, y se abrió de
par en par, lanzando al pobre Joshua por los aires, del cofre una niebla
ascendió hasta el techo, poco a poco fue adoptando una forma, reconocida para
mí. Esos espeluznantes ojos negros se clavaron en Joshua, estaba listo para
arremeter contra él. La puerta estaba cerrada y la desesperación de mi hermano
por abrirla, debido a que su mano estaba herida, hizo que esos diez segundos
fueran eternos, mi hermano gritó estrepitosamente, corriendo hasta esconderse en
la habitación de mis padres, pero nuevamente la cosa lo alcanzó, un nuevo grito,
y fue en busca de un nuevo escondite.
Desperté llamado por un nuevo grito, mis
hermanos en el primer piso lanzaban un aullido al unísono, después podía
escuchar grandes pisadas, corriendo alrededor de la casa. En medio del estupor
trate de reponerme, baje rápidamente para ayudar a mis hermanos. Los llamaba
pero no los encontraba, otra vez una imagen se materializó por el rabillo de mi
ojo, era una criatura rastrera, se trasladaba en el suelo, moviéndose como
culebra paso de la sala hacia la cocina, cuando regrese la mirada, pude verlo
desplazarse de la cocina rumbo al segundo piso, me observó y sonrió, pude
sentir sus ojos devorándome el corazón, me indico sus filosos dientes y
continuo su camino al segundo piso. No sé qué pasó, pero estaba petrificado,
incapaz de mover algún musculo; un nuevo alarido de mis hermanos se escuchó, la
fuerza del grito fue tal que pude salir de esa quietud involuntaria, subí
apresurado, con una torpeza impropia de mí, ya que me tropezaba con todo lo que
encontraba, mientras corría hasta donde se escucharon aquellos aterradores
gritos, tropecé con algo que se atravesó en mi camino, yo no logre advertirlo y
caí fuertemente, regreso a ver con que me estrelle, era el cofre. Trate de
incorporarme nuevamente pero pude ver al ser arrastrándose alrededor de mí,
después se acercó a la caja y me la lanzó, cubrí mi rostro instintivamente para
evitar el dolor de ser golpeado con una caja de madera. Sin embargo esto fue
inútil, el baúl golpeo mi cabeza y yo perdí el conocimiento, todo alrededor mío
se oscureció, no recuerdo que más sucedió aquella noche.
Cuando abrí los ojos,
mire el cofre al lado de mi cabeza. Yo estaba golpeado, por mi frente circulaba
una pequeña fuente de sangre, extendí mi mano hacía el cofre. Una nueva visión
se materializó en mi cabeza, mis hermanos corrían de un lado a otro, atrás de
ellos la criatura los perseguía, iba a una velocidad menor a la de mis hermanos
como si disfrutará ver el miedo en ellos, hasta que al final se metieron en el
closet de la habitación de mis padres. La cosa los alcanzó, lentamente abrió la
puerta del closet, sin dejar de verlos, impregnando el miedo en ellos, mi
hermana lloraba y se abrazaba fuertemente a Joshua, los dos se abrazaron
lívidos, podía ver el miedo en ellos: Fernanda cerró los ojos con mucha fuerza,
Joshua no dejaba de llorar, a la petición de mi hermana también cerro los ojos.
Esa cosa los olfateaba, y finalmente gritaron, esta vez, seria por última vez.
Nuevamente regrese de esa especie de sueño,
aterrorizado por lo que vi, me levante rápidamente, camine a pasos largos hacia
la habitación de mis padres, la puerta del closet estaba cerrada, eso me calmó
un poco debido a que en la visión, la puerta había sido abierta por la
criatura. Sin embargo, fue una falsa ilusión, abrí la puerta y el cuadro más
aterrador se descubrió ante mí. Quise volverme loco, o tal vez ya estaba, mis
hermanos estaban muertos, abrazados como si hubieran sido momificados, los dos
tenían rostros de terror y sus ojos miraban hacia donde estaba yo, justo donde
había estado la criatura, seguramente les fue imposible mantenerse con los ojos
cerrados.
Mis hermanos habían muerto asfixiados,
según el reporte de la policía. Alguien los había asesinado. Como era de
esperarse, yo era el principal sospechoso, incluso mis padres creen que yo lo
hice. Al ser yo menor de edad salí libre ya que las reglas nacionales no
aplican a menores de edad, además no se encontraron pruebas en mi contra,
constantes visitas a mi psiquiatra determinaron que yo estaba loco, asesine a
mis hermanos controlado por un ataque de esquizofrenia. Un sanatorio mental,
sería mi nueva casa, de ahora en adelante: mis padres me abandonaron, eran
incapaces de dirigirme la palabra; quede solo abandonado a mi suerte.
Un día mientras leía algún libro, mí padre
fue a visitarme, no me extrañaba y mucho menos quería saludarme. No cruzó palabras conmigo, me dejo una maleta y se marchó. Supuse que
era ropa y cosas de aseo que el sanatorio le exigía llevar. Pero en medio de la
revisión de la maleta, me encontré el cofre; mi primera reacción fue miedo, sin
embargo después decidí revisar la caja. Entre en un nuevo trance, ese sueño que
me poseía cada vez que mis manos entraban en contacto con el baúl. Pude ver a cinco
jóvenes, estaban vestidos de negro, eran dos mujeres y tres hombres, parecían
no tener más de treinta años, estaban sentados en flor de loto alrededor de un
cofre más pequeño al que estaba en mi poder; uno de ellos, rezaba algo en un
libro, era una lengua extraña, los otros, repetían lo mismo justo después de
que el hombre lo decía. De repente y sin previo aviso uno de los jóvenes de
levanto y apuñaló a una mujer de las integrantes, la sangre que brotó de ella,
fue lentamente como un rio hasta llegar al cofre, este se fragmentó en
múltiples partes, un vapor salió de allí y adopto la forma de aquel ser. Esos
jóvenes habían liberado algo, algo sombrío. La criatura, los mató cruelmente.
Luego se dirigió a lo más cercano que tenía para alimentarse, justo a la selva
donde mi padre fue hacer su investigación. Había algo sobresaliente en su
actuar, solo atacaba niños, en mi cabeza se descifró la cuestión, de por qué solo
asesino a mis hermanos y a mí no. El Chamán de la tribu lo encerró en aquel
baúl. Es a partir de este punto que entró mi familia en esta historia; la
obsesión de mi padre por encontrar el cofre, después mi deseo de tenerlo y
finalmente mi hermanito cayó bajo su dominio y terminó liberando aquella
criatura, lo demás es historia.
Retorne de mi sueño, el cofre reposaba al
pie de la cama, me incorpore adolorido, mientras lograba recuperarme
totalmente; sentí un frío glacial, alguien dijo algunas palabras detrás de mí,
regrese la mirada y ahí estaba esa criatura, sonreía desenvainando sus filosos
dientes, quede aterrorizado, y después la criatura se marchó, reptando por el
suelo, como una serpiente, hasta que ya no pude divisarla más. Qué clase de ser
habíamos liberado aquella noche.
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