LA DAMA DE CRISTAL.
Al principio pensé que era un
estúpido sueño, por ver una película de terror o algo así. Luego que se hizo
más seguido, llegue a pensar que estaba loco, estoy perdiendo la razón.
Por más que recuerdo nunca he visto una mujer como la de mi sueño; empezando
por sus ojos rojos, ¿cuántas mujeres conocen que tengan ojos rojos? Es absurdo,
por eso no he comentado con nadie mi sueño. Segundo es una mujer bellísima,
escultural y voluptuosa, vestida de negro ¿cuántas mujeres bonitas persiguen a
hombres como yo? Soy feo, con frenos y del común, nada sobresaliente en mí. Sin
embargo, hay algo que me deja pensando mucho, es una mujer extremadamente blanca,
es casi como papel, en su mirada no hay vida, parece un cadáver andando y al
momento de morderme, me alcanza y agarra fuertemente con sus manos, puedo sentirlas frías como hielo.
Definitivamente en mi sueño soy perseguido por una vampiresa. Y ahora que lo
medito, es la única razón para que una mujer bonita quiera tenerme cerca, para
succionar toda mi sangre, dejarme anémico, chupar mi sangre hasta causarme la muerte.
Durante mi jornada laboral en la
oficina, logró tranquilizarme, sé que los vampiros no existen, puedo seguir con
mi labor, sin miedo, hasta que llegue la noche y con ella la doncella que me
busca para beber mi sangre. El sueño se repite todos los días. Despierto
asustado, me repito mil veces que los vampiros no existen, en el día cotidiano
mi labor me hace olvidar, nuevamente la noche y así sucede todos los días. La
diferencia es que ahora me he acostumbrado. Sin embargo, debo decir que no es
normal, y escudriñando en mi mente, no encuentro una explicación razonable.
Definitivamente antes creía que estaba loco, ahora lo he comprobado.
Han pasado dos meses, un nuevo
cambio, ahora el sueño es más real y ya no solo es en las noches. Durante mi
trabajo en la oficina, veo a la mujer, siempre igual, siempre mirándome
fijamente con sus ojos rojos e inescrutables. Está en cada pasillo, en cada
rincón, siento que me observa, el trabajo era mi distracción, seguramente ella
se dio cuenta y no quiere dejar que la olvide durante el día. Pero qué estupideces digo, los vampiros no
existen, los vampiros no existen. Al borde de la locura, decido enfrentarla.
Estoy muy cansado de que me persiga a donde voy. Únicamente tengo una duda,
¿cómo enfrentas a un vampiro, al que solo puedes verlo en tus sueños? Algo se
me ha de ocurrir. La literatura sobre vampiros es muy extensa, los encuentras desde
google, hasta en libros, revistas, incluso el cine ha explotado la vampiro
manía. Tal vez inconscientemente yo no quería quedarme afuera. Me asusto, cada
vez más estoy comprobando lo loco que estoy.
He decidido seriamente entablar contacto
con la doncella. El sueño comienza tal y como siempre sucede: bosque placentero,
hojas crujiendo, doncella hermosa que
quiere beber mi sangre. Manipulo el sueño a mi antojo. - ¿Qué quieres? –, le preguntó, ella me ve y sonríe, luego desaparece. Por un instante siento que
mi sueño acabo, doy media vuelta, y ella tan fría y hermosa esta parada en
frente de mí, me agarra fuertemente de los hombros, su frío es intenso, todo mi
cuerpo tiembla, acerca sus labios rojos y provocativos, me besa, son fríos, pero
me agrada, siento algo extraño. Después separa sus labios de los míos, me
agarra más fuerte, abre su boca y perfora mi cuello, con sus filosos colmillos. Dejo escapar un grito de dolor, despierto sudando y frío. El sueño cambio, y
por primera vez desde que comencé a soñar lo mismo, me agrada lo que recuerdo.
Un beso de una dama fría y frágil como el cristal.
Durante la mañana, recuerdo el
beso, sus labios fríos y carnosos. No importa el mordisco, tocó con mis dedos
mis labios y la veo acercándose, sus ojos rojos se sienten como si mirara mi
interior y mi alma, agachó la cabeza y decido trabajar. La noche llega, con un
poco de miedo pero a la vez ansioso me duermo. Se repite el sueño, ella
aparece, esta vez soy incapaz de decir algo, ella es tan hermosa que me
paraliza, me vuelve a besar, esta vez un beso más intenso, más vivido. Percibo el frío de sus labios, pero la pasión que emanan también es intensa. Culmina el
beso con un mordisco, luego muerde mi cuello. Otra vez bañado en sudor,
gritando como niña. Voy del cielo al infierno en segundos.
A la mañana siguiente estoy
decidido a todo. Pido un permiso en el trabajo argumentando un fuerte
resfriado. Lo primero que hago es buscar un dibujante. Le describo la mujer y
el la plasma como una foto en el papel. Ahora tengo el retrato hablado, lo
escaneo y sacó letreros de se busca, e incluso la subo en la red, ahora solo me
queda esperar. Pasan dos semanas, aún no he encontrado nada. El sueño ahora es más intenso y vivido. Pasa de ser terrorífico a placentero, no
importa el mordisco, si puedo sentir sus fríos labios.
Una mañana alguien me llama, es
la voz de una mujer. Me advierte que deje de molestar la memoria de su hija. No
entiendo que habla y termina colgando el teléfono, ordenándome que quite los
afiches de Dayan y la deje descansar en paz. Ató cabos y entiendo que mi
vampira favorita tiene nombre, se llama Dayan, pero también entiendo que está
muerta. El identificador de llamadas del celular me da un número. Llamó preguntando
por Olivia Márquez, la señora responde que es Carmenza Reyes de Jiménez, me
disculpó y cuelgo. Segundos después estoy en el buscador de google, palabras
clave Dayan Jiménez. Fue increíble la cantidad de datos que arrojó. Dayan
Jiménez, sufrió un terrible accidente hace diecisiete años. Los registros decían:
"En trágico accidente (por que no
es periódico si no dice trágico). Muere joven de veinte años, quien conducía su
moto camino hacia la zona norte de la ciudad, donde estaba su casa. Al parecer
perdió el control de su vehículo, y cayó al abismo. La moto quedo totalmente
destrozada, atascada en un árbol, mientras que la joven fue directo al rio y
fue arrastrada por la corriente. Su cuerpo aún no ha sido encontrado, pero ya
han pasado tres semanas del accidente". El diario era del 3 de septiembre de 1996,
cuando yo tenía diez años. Termine de leer todos los registros, doce meses
después del accidente se dejó de buscar a la joven y se declaró su muerte, se realizó
un funeral y entierro simbólico.
No importó el trabajo, salí de la
oficina y me dirigí al cementerio central. Pase cerca de tres horas buscando la
tumba simbólica de Dayan, hasta que la encontré. Dayan Jiménez, hija ejemplar,
10 de junio de 1976 – 3 de septiembre de 1996. Me arrodille junto a la tumba,
estaba a punto de decir una oración y sentí una mano fría en mi hombro, regrese
la mirada petrificado, era ella, era mi dama de cristal. Puso su mano fría en mi
mentón y me levantó del piso, después nuestros labios se acercaron, pasaba del
sueño a la realidad. Terminó el beso y ella desenfundo sus colmillos y un grito
atravesó el cementerio.
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