EL ANILLO DEL DIABLO (parte 2).
Yo había presenciado tal acto de
terror, la visión en mis ojos quedo grabada. La podía volver a ver como si se
tratara de una película la cual puedes rebobinar y ver cuántas veces
quieras. Así pasaron los dos días que
aquel sujeto me dijo, y ahí en la mesa del bar me esperaba, sonreía y fumaba
mirando fijamente su vaso de wysky, me acerque a él y me saludo.
-
¿Cómo te fue con mi anillo? – preguntó.
-
¿Qué clase de anillo es este? – conteste con
otra pregunta, enseñándole el anillo el cual lo llevaba puesto.
-
Es mi anillo, es fantástico no crees – asentí,
cada vez ese hombre era más enigmático.
-
¿Éste anillo me permite ver lo que le sucedió a
mi familia?
-
Mucho más que eso – indicó.
-
¿Ósea que tiene poderes mágicos? – la pregunta
sonaba tan absurda que deje escapar una pequeña sonrisa, la cual borre
rápidamente al ver la seriedad con que aquel hombre me miraba.
-
Así es – dijo, después me explicó la magia de su
anillo -. Veras, ese anillo te permite revivir momentos vividos.
-
¿Visiones?
-
No, algo más que visiones… puedes saber todo lo
que pasó, cada persona tiene una esencia, y en cada lugar donde ha estado deja
un poco de su esencia; algunas veces las deja sin intensidad y estas
desaparecen, otras veces vive momentos tan memorables que su esencia perdura
por toda la eternidad. El asesinato de tu familia fue muy intenso y una gran
parte de la esencia de ellos dejo impregnada tu casa, lo que ves es lo que
ellos vivieron.
-
Esto solo aumenta mi dolor, ¿cómo me puede
servir este anillo?
-
Concéntrate en esta mesa, cierra los ojos.
Le obedecí, al principio toda la
música y el bullicio del bar no me permitía concentrarme, pero poco a poco fui
aislando ruidos. El hombre me dijo que abriera los ojos, yo así lo hice. El bar
estaba solitario, poco a poco el lugar se fue llenando, pero a la misma
velocidad que se llenaba se vaciaba, personas entraban, salían, volvían a
entrar y así sucesivamente, vi gente sola que bebía algo y se iba, gente en
pareja, en grupo, todo era tan rápido que no podía decir que era real y que no.
Al final del recorrido estaba nuevamente sentado en frente del hombre.
-
Esas son las esencias que dejan las personas…
podrías continuar todo el día y conocerás muchas personas, sin siquiera haber
cruzado palabra con ellas.
-
Pero sigo sin entender cómo esto me servirá para
encontrar venganza.
-
Pues, buscando – rio a carcajadas -. Buscando,
cuando matas dejas una gran parte de tu personalidad, de tu esencia, esa
esencia se queda guardada por donde vas. Aquel hombre tuvo que haber dejado
algo al escapar, puedes seguir su rastro – pensé que todo eso era absurdo, sin
embargo todo lo que mire era tan real, que podría ser cierto -. Si encuentras a
tu verdugo, descubrirás que más poderes posee este fantástico anillo.
-
¿Qué más poderes tiene?
-
Encuentra a tu verdugo y lo sabrás, tu sed de
venganza te hará descubrir todo su poder -, después su mirada cambio
nuevamente, el hombre adoptó una sonrisa maliciosa y dijo -. Ahora hablemos de
negocios.
-
¿Negocios? No entiendo.
-
Si logras cumplir tu venganza, tu alma será mía
– quise contestar algo, no obstante su voz me había helado la piel, cuando pude
enarbolar alguna frase coherente el hombre ya no estaba.
En mi casa olvide casi todas las
palabras que ese hombre utilizó, únicamente recordaba la de seguir el rastro de
mi verdugo. Fue increíble como una nueva escena de película se revelo ante mí.
El hombre salió de la casa a trompicones, aun cargando la pistola en su mano.
Corrió unos quinientos metros, guardó su pistola y abordo un taxi. Regrese a mi
casa y saque el taxi de mi padre, podía ver en que trayecto fue el asesino,
estaba siguiendo su rastro, cada lugar por donde atravesó, yo lo podía ver.
Finalmente llegue a un barrio a
las afueras de la ciudad, estacione el taxi, justo donde el asesino se bajó del
suyo. Luego el asesino camino algunos metros hasta una casa abandona, destruida
por el tiempo, llena de vegetación y cayéndose a pedazos, una puerta de madera
a punto de caerse le daba el toque final de “casa fantasma”, además la
resguardaba un viejo candado, el cual estaba rodeado por una gruesa cadena, era
evidente que el paso del tiempo había logrado oxidarlos. Después el homicida retiró el candado, tras la
puerta una moto de alto cilindraje lo esperaba, la sacó, colocó nuevamente el
candado, la cadena y se marchó.
Forcé la puerta y fue muy fácil
botarla, adentro no había más que polvo, ratas y tela de arañas, simplemente
era el perfecto escondite para la moto del hombre que mató a mi familia, ya que
pude ver que siempre actuaba igual. Llegaba en taxi algunos metros antes,
caminaba unos treinta pasos, sacaba su moto y se dirigía a otro lugar.
Seguramente si los taxistas podrían oír sobre un asesinato, dirían que
recogieron a un hombre sospechoso y lo llevaron hasta ahí, en ese lugar la
policía no encontraría nada; una casa roída, resguardada por un candado
herrumbroso, adentro de la casa mugre, ratas, arañas, la cuartada perfecta. Sin
embargo, yo tenía el mejor aliado y empezaba a saborear mi victoria.
Aborde nuevamente el taxi, lo
lleve por la senda que recorrió ese ser despiadado, que me había quitado lo más
querido. Sin meterse al centro de la ciudad, viajó por los alrededores hasta
llegar a un pueblo cercano, ahí en una casa más vistosa y lujosa el bandido
terminaba de completar su fachada. Pues una hermosa mujer lo esperaba, era
morena y de ojos pequeños y al parecer su hija también aguardaba su regreso, ella
era muy parecida a él, pero sin cicatriz y en versión femenina. Al explorar la zona, pude notar que en frente
de la casa había una cancha de fútbol, un sitio perfecto para vigilarlo. Entonces
aparque el taxi, trate de ocultarlo entre la maleza, era imperativo pasar
desapercibido. Lo vigilaba todo el día y en la noche regresaba a mi casa, al
segundo día llegó la hora de aplicar mi plan.
Una mañana La mujer y el salieron
a dar un paseo, al mismo tiempo la hija estaba en la escuela, era el momento preciso.
Yo aproveche ese momento para entrar en la casa, lo hice de la forma más clandestina
posible, debo decir que fue fácil, entre por una ventana la cual habían
olvidado cerrar. La casa decía mucho, las imágenes se reproducían en mi mente, tal
como sucedió en mi casa, al ver la masacre de mi familia. La esposa
devota, la hija dedicada, ninguna sabía
que hacia el hombre. Él argumentaba ser comerciante y su casa estaba llena de
electrodomésticos, el hombre no solo era asesino también era ladrón.
Cuando la pareja regreso, me
llene de cólera, al ver ese rostro que fingía ser alguien que no era. En ese
momento recordé a aquel hombre de cara puntiaguda, lo que me había dicho sobre
los poderes del anillo, comencé a entenderlo. Los pecados de aquel hombre al
cual yo odiaba con toda mi alma, comenzaron a colarse, podía ver cuántas
personas había asesinado y como lo había hecho,
las infidelidades hacia su mujer y cuantas veces quebranto las leyes, un
manojo de visiones se presentaban en mi mente, pero debo decir que cada visión
me aclaraba el pensamiento.
-
Por fin lo encuentro – no aguante más y salí a
enfrentarlo.
-
¿Quién es usted? – preguntó como si no me
conociera, pero en su rostro se reflejó la sorpresa de verme. No podía moverse
estaba estupefacto.
-
Sabes quién soy… no te hagas el tonto solo
porque estas frente a tu esposa.
-
¿Quién es este hombre Marcos? – preguntó la
mujer.
-
No tengo idea – contestó el hombre que ahora
sabía que se llamaba Marcos. La mujer corrió al teléfono iba a llamar a la
policía. Yo le ordene que no lo haga y luego les dije que tomen asiento, ellos
obedecieron como si fueran mis fieles sirvientes.
Los tenía donde quería, y no solo
Marcos poseía secretos oscuros, su esposa también. Me regocije haciendo que él
le cuente todos sus pecados, que narre como mato a mi familia y como planeo
todos sus crímenes, que no era ningún comerciante y que era un peligroso
delincuente conocido como Mano Negra, que había estado con más de siete mujeres
en los ocho años que llevaban juntos. Marcos no pudo contener su llanto, yo
disfrutaba el sufrimiento del hombre, me sentía triunfador, nunca me había
sentido tan contento en mi vida. Luego
fue el turno de ella, quien narró sus infidelidades y que la niña no era hija
de marcos, el clímax llego al momento que ella le confesó haberse inducido el
aborto de su primer hijo, ese si era legítimo.
Después pregunte por qué. El
dolor y la tristeza me gobernó, ese secreto me dejo frío, supe más de lo que
quería saber. Como si fuera una venganza, me contó todo tan despacio que era como
si me apuñalara el corazón con pequeñas agujas. El asesinato no fue más que el
producto de la ambición, mi padre pagaba desde hace seis años un seguro de
vida, por más de doscientos mil dólares, en el cual éramos beneficiarios mi
mamá, mi hermano, yo y mi tío Hugo. El ataque fue dirigido a todos, menos a mi
tío Hugo, yo simplemente conté con suerte, pero mi tío tenía algo planeado para
mí, un atracó lo dejaría a él herido y a mi muerto; para no levantar sospechas.
El siguiente objetivo del Mano Negra, era ese, mi tío ya le había dado una
parte, tuvo que salir de la ciudad para orquestar un viaje fuera del país
después del atentado programado para mí y él. Cómo pueden ver, este relato era
más que macabro. Mano Negra no me podía ocultar nada, el anillo lo obligaba a
decir la verdad. Mi siguiente jugada, fue ordenarle traer su pistola oculta en
algún lugar de la casa y un cuchillo, el apuñalaría de muerte a su esposa,
antes de que ella fallezca descargaría la recamara de la pistola contra él. Así
lo planee y así sucedió. Ordene que eso pase cuando yo me haya alejado lo
suficiente del lugar, parecería un crimen pasional, no deje ningún rastro. Ahora
seguía mi tío Hugo.
CONTINUARÁ...
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